aragón es extraordinario

El castillo de Samitier, que todo lo ve desde su atalaya

Perteneciente al municipio de La Fueva, fue recuperado parcialmente por el Gobierno de Aragón a mediados de los 90

Samitier pertenece al municipio de La Fueva, uno de los más atomizados de Huesca, rico en patrimonio fortificado. Además del Muro de Roda o Troncedo, dos ejemplos palmarios de este fenómeno, el castillo de Samitier se yergue sobre un verdadero nido de águila, con cortados a su vera y una vista increíble de los embalses de Mediano y El Grado. Se trata de una excursión habitual en la zona, aunque no figure entre las más populares de Aragón; es cuestión de invertir esa tendencia aplicando un poco de boca-oreja y multiplicando el mensaje.

Algo así hace el periodista Arturo Gastón desde la Abadía de Samitier, hotel con indudable encanto; quizá sea éste un adjetivo demasiado usado que banaliza la belleza a la que califica, pero en el caso del establecimiento que lleva junto a Raquel Martínez, la cosa cuadra por completo. Desde allá puede acometerse con fuerzas renovadas la subida al castillo, que supone una caminata de aproximadamente 45 minutos a paso normal; se baja en la mitad de tiempo. Hay varias curvas y contracurvas, pero como vehículo es mejor plantearse el coche de San Fernando, un rato a pie y otro andando; hasta la explanada de arriba solo llega bien un 4x4, y el tramo final tiene su complejidad.

Al alba o cuando baja el sol del mediodía, la subida se disfruta más. "El castillo de san Emeterio y San Celedonio –explica Arturo– tiene un gran valor patrimonial y artístico; eran santos militares y médicos. Posee un bello aljibe musulmán. A medio camino, la ermita de Santa Waldesca presenta una peculiaridad; la gente que sube suele llevar escrita una petición a la santa. El altar está lleno, y el cumplimiento de esos deseos –sonríe– es muy alto. José Luis Acín acometió allá una gran labor de restauración. Arriba contamos con un magnífico mirador; no en vano el castillo y su iglesia se alzaban en una atalaya que se conecta con otras cercanas, como Muro de Roda, Abizanda o Arcusa".

Al otro lado de la loma del castillo está el estrecho del Entremón, una visita magnífica para la familia y los aficionados a la ornitología.

La historia del lugar

El conjunto del castillo y el templo integra además otras construcciones defensivas. Lo mandó construir Ramiro I entre los años 1030 y 1050, como parte de la línea de defensa en la zona fronteriza del Sobrarbe; en esta construcción románica se instaló una comunidad de monjes-soldado, que acabaría constituyéndose en precursora de las órdenes militares. El corazón del castillo presenta una torre de planta hexagonal y una muralla, de la que quedan en pie unos 25 metros".

La puerta de acceso, a la que se sube por un trecho empinado y corto desde la explanada a la que todavía se puede acceder en 4x4, se abre en la primera planta de la torre; sobre ella hay una ventana con forma de arco de medio punto. En lo tocante a la iglesia, se cree que fue construida entre 1045 y 1055. Una curiosidad: el nombre de Samitier que define al pueblo procede de la advocación del templo a San Emetier oSan Emeterio. Era parte de los elementos defensivos del castillo, ya que estaba delante de la fortificación en sí.

La puerta original del templo estaba en el nivel superior y parece muy posible que el acceso se hiciese a través de una escalera de madera, precaución que dificultada el asalto en caso de amenaza. La nueva puerta a ras de suelo es posterior. Otra obra llamativa es el acortamiento de la cripta bajo la nave sur, que se hizo para compensar el desnivel de la montaña. Actualmente sólo se conserva el ábside de esta cripta.

El conjunto está en un apreciable estado de conservación gracias a las obras acaecidas entre 1996 y 97, ejecutadas por Prames tras encargo del Gobierno de Aragón. Lo escarpado del lugar y la dificultad de acceso en el último tramo hicieron que fuera preciso el uso de helicóptero para acarrear materiales. El acondicionamiento fue considerable: se sanearon las cubiertas, eliminando material de relleno bajo los tejados, y se consolidaron las bóvedas. Durante las obras hubo un hallazgo de película; una cámara secreta en el ángulo noroeste de la iglesia. Se accedía a ella por una puerta de la parte alta, situada en el último tramo de la nave norte. El conjunto, por cierto, es Bien de Interés Cultural desde 2006.

En el pueblo

Dentro del casco urbano destaca la iglesia de San Vicente, del siglo XVII. "Está cerrada todo el año –explica Arturo– salvo algunos eventos contados. Con Mediano llegó el éxodo al pueblo, que en su día disfrutó de bonanza económica; la mayoría de los habitantes emigraron a Cataluña. Hay varias segundas residencias, y sus propietarios acuden los fines de semana. Apenas hay 15 persona empadronadas en Samitier ahora, y viviendo el año entero somos dos familias, una de ganaderos por un lado y Raquel y yo por el otro. Coincidimos poco, llevamos formas de vida muy distintas ya que nosotros trabajamos fundamentalmente a través de la red, pero nos llevamos muy bien. Y ojo, respetamos la hora punta de los corderos cuando atraviesan el pueblo; me encanta y encanta a nuestros huéspedes, sobre todo cuando vienen con pequeños".

En Clave de Aragón 2021

Raquel Martínez es la directora del festival En Clave de Aragón. "El objetivo es sencillo: abundar en el tema de la despoblación desde una óptica creativa y sostenible, con aportes multidisciplinares. Nació en Samitier, y la de este próximo mes de septiembre será la quinta edición, con Coscojuela de Sobrarbe como sede".

Raquel repasa la trayectoria completa de la iniciativa. "La segunda vez fue en Muro de Roda, toda una proeza logística que nos enorgulleció enormemente, ya que el principal objetivo de esta iniciativa es el rescate del patrimonio aragonés en pueblos que sufren la despoblación, hacerlo más visible y accesible, y hacerlo con la cultura gratuita como vehículo". La pista que llevaba a Muro de Roda desde Tierrantona se arregló para el festival. En Palo llegó la tercera edición, y Abizanda albergó la cuarta, con mejoras estructurales asociadas al festival. "En Coscujuela de Sobrarbe ha habido un interés vecinal muy claro, y hay patrimonio, otra condición necesaria para En Clave de Aragón".

"Cada año –explica la directora del festival– abrimos plazo de candidaturas de octubre a mayo a todos los pueblos de Aragón, aunque estas primeras ediciones hayan sido en esta zona. Hay un comité seleccionador, con nombres como la periodista y locutora Lourdes Funes, el artista, actor y atleta Sergio Muro o José Luis Acín, historiador y coordinador el área de publicaciones del Gobierno de Aragón. Durante un fin de semana, con acceso gratuito a todo el programa, se ofrecen una serie de actividades muy interesantes que también aúnan artes escénicas, lectivas y gastronómicas".

En Coscojuela viven 12 personas todo el año. "Este fin de semana, cuando los tres centenares de visitantes veraniegos van retornando a sus ciudades de residencia, se abre una nueva ventana para que los urbanitas conozcan el pueblo de un modo especial, que irradia felicidad. Cuando se eligió a Coscojuela, en el pueblo se pusieron a rehabilitar la antigua escuela, a fin de proveer al festival de un espacio útil añadido". En 2021 habrá un poco de todo en el fin de semana del 18 y 19 de septiembre. "Tendremos cine mudo , ‘Gigantes y cabezudos’ de Florián Rey con música de la Camerata Orquesta Escuela, charlas, visitas guiadas de patrimonio con José Luis Acín, teatro y humor con Pepín Banzo, talleres de acordeón con Pedro Guijo y pasacalles con Flavie Louesdon, taller de sensibilización medioambiental, música de cámara, gregoriano y a capella y una feria que recibe este año el apoyo de Huesca Alimentaria y el Círculo Agroalimentario Comparte el Secreto, amén de una intervención artística de Sergio Muro. También habrá una charla y ‘showcooking’ de Pepe Lemós, cocinero y profesor de la Escuela de Hostelería San Lorenzo".

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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